Las políticas públicas en lo posible y deseable deben buscar una racionalidad en la gestión y universalidad en el consenso.
Variable estudiada por politólogos y sociólogos, y en general por los científicos sociales, nos preguntamos muchas veces qué es una política, cómo se elabora una política pública, para qué sirve, se puede decir que las hay hoy y estimo que no porque se ha destruido el tejido institucional tanto público y privado en la interacción de la misma. Diremos siguiendo a uno de mis más destacados maestros de ciencia política, el Dr. Humberto Njaim, que una política pública del Estado “es un determinado sector persigue el propósito de creación de las condiciones para que se produzca una determinada situación o se despliegue y desarrolle una determinada actividad”. Como se puede observar primero es una actividad efectuada por el estado y es un curso de acción ante determinado problema que se persigue resolver en la interacción pública-privada. El enfoque no sólo se limita a un aspecto administrativo sino a los avatares de la política, al juego entre actores para la obtención, mantenimiento y desarrollo de sus intereses políticos, ignorando así la relación que existe entre Política en mayúscula que se encarga del fin de poder y la política en minúscula que se encarga del mantenimiento del mismo. Eso lo hay hoy en el sistema político, de hechura e implementación de políticas públicas, que es autoritario e impuesto, no se sabe mediar en el tiempo político y en el tiempo de los problemas de políticas.
El enfoque de política pública mayormente utilizado por los politólogos para sus análisis y evaluación, comprende a la política en mayúscula, a la estructura formal de las Instituciones Públicas. Va más allá no sólo del análisis del proceso, los intereses y los resultados materiales y tangibles que resultan de su implementación. Hay tres procesos a analizar: La formulación, la implementación y la evaluación (costo-beneficio). En este sentido, la interacción entre los agentes políticos (partidos, líderes, organizaciones etcétera) y las decisiones de política es uno de los objetivos de la teoría política contemporánea y el diseño de políticas públicas es uno de sus desafíos. Cómo es hoy la política económica de infraestructura de vacunación con el COVID-19, de exteriores entre otras, deja mucho que desear en la Venezuela, chavo-madurista.
Estamos en pleno desarrollo de una sociedad del conocimiento, donde lo fundamental es la programación y el planeamiento y muchas veces en la política se dan dos posibles vías de acción, según el cual las políticas públicas no pueden ser sino el resultado y la ejecución de la decisión política es decir, el paradigma racional-secuencial o por el contrario pondrán el acento en la dimensión confrontativa-discontinua de las elaboración de las políticas ubicándolas como una de las arenas fundamentales en las que se libra la lucha política, con motivo que las sociedades tiene ingentes desafíos y complejidades que hacen de las políticas públicas un elemento clave en la acción del estado y de sus decisores.
Así vemos los dilemas de que políticas se van a implementar por ejemplo: para atajar el desempleo, la política crediticia para corregir la burbuja inmobiliaria, qué política pública para cuadrar la cuentas públicas por ejemplo el déficit, o una política pública de exportaciones, pero para ello se requiere aumentar la productividad y la competitividad, la política exterior que objetivos debe perseguir, ¿ cual política militar y seguridad seguir de acuerdo al contexto internacional, fomentar una política de repatriar talentos. Como observamos que debido a que conducir, motivar, dar coherencia a las diversas políticas públicas no es fácil. Como vemos no hay soluciones fáciles a estos problemas, ante esto se requiere el discernimiento político, ante las dificultades para gobernar en occidente. El arte de gobernar si se quiere se aprende en la experiencia y en la adecuada adquisición de conocimientos que nos permitan saber gobernar. Las políticas públicas deben ser eficaces y eficientes para que tengan un resultado en lo tangible lo más óptimo posible (recursos-resultados) en la medida de lo deseable.
Las políticas públicas en lo posible y deseable deben buscar una racionalidad en la gestión y universalidad en el consenso. Que gocen de fundamento legal, de apoyo político, de viabilidad administrativa y de racionalidad económica, ya que en las democracias se dan características de competitividad y apertura continua. Debido a que el enfoque de políticas públicas tiene dos marcos de referencia separables pero entrelazados, por una parte el proceso de política y el conocimiento en el proceso de la política. El enfoque de las políticas públicas tiende a la contextualización y no a la fragmentación; se orienta a problemas a resolver en vez de ser ciegos a los problemas.
Se puede afirmar en suma, que el análisis de las políticas públicas es la actividad normativa de construir y evaluar mejor las opciones de política, relativas a determinados problemas públicos (ver su eficacia-eficiencia). El estudio de las políticas, se utiliza para denotar simplemente cualquier estudio relativo a las causas, efectos, procesos, restricciones, constreñimientos, modalidades de la hechura de las políticas, así como de hecho sucede. En ese sentido, el análisis de las políticas no es sino un complemento muy poderoso, del buen juicio, la intuición y la experiencia de los que se denominan decision makers, hoy se adolece de sentido de estado en estos últimos, por ello tenemos políticas públicas ineficientes y espasmódicas y alta rotación de los mismos ministros en cargos diferentes.
Artículo disponible en El Universal.