El control de la actividad del gobierno en la pandemia: Artículo escrito por D. Francisco Velázquez


Hace unos meses, el gobierno español puso en marcha la iniciativa de presentar ante la opinión publica una  autoevaluación oficial de las promesas lectorales y su grado de ejecución, en la que colaboraron expertos académicos en la materia. El Gobierno dominicano, por su parte, ha realizado un potente ejercicio, liderado por el Ministerio de Administración Pública, mediante el cual se ha puesto la tarea de concienciar a los Ministros sobre la importancia de las tareas administrativas y de función pública así como de poner de manifiesto la necesidad en todo momento de cumplir las normas existentes.

En los diversos países del CLAD ,todos los de habla española o portuguesa de América y Europa, además del recién ingresado Angola en el continente africano, está renaciendo el interés por la eficacia de las políticas públicas, al mismo tiempo que se extiende la conciencia de desarrollar Estados más sólidos, capaces de hacer frente a pandemias y catástrofes.

La Organización Mundial de la Salud, al analizar los errores y carencias en la lucha contra la pandemia, que continua produciendo fallecimientos y calamidades en el mundo, igualmente pone el acento en la necesidad de fortalecer las políticas públicas y las instituciones. Esta necesaria fortaleza debe complementarse con una mejora de la gobernanza, entendida esta como desarrollo de la convivencia basada en la transparencia, la participación y la rendición de cuentas. Esta forma de gobernar ,que puso sobre el tapete la administración norteamericana de Obama, se caracteriza por la sacralización del principio de transparencia que infunde todas las actividades gubernamentales en los países que lo adoptan.

Se complementa la transparencia con los otros principios de participación  y rendición de cuentas y es también uno de los principios informadores de la Agenda 2030 y por lo tanto presente en muchos de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Como ha señalado Naciones Unidas :»si respetamos los derechos humanos en estos momentos de crisis, construiremos soluciones más efectivas e inclusivas para la emergencia de hoy y la recuperación de mañana«.

Hasta el momento, los planteamientos del Presidente norteamericano sobre la administración pública se dirigen más hacia el reconocimiento de un pago más justo por las horas trabajadas para el Estado (15 $ la hora) y a la batalla demócrata destinada al fortalecimiento del sector público, aunque la gran ofensiva , como es de conocimiento de todos, tiene como fin inmediato la distribución universal de las vacunas a la población norteamericana.

El debate suscitado en las ultimas semanas relacionado con la posibilidad de eliminar las patentes o ceder parte de ellas con el fin de ayudar a los países que tienen mayor dificultad puede generar otras dificultades adicionales, como el acceso a tecnologías desconocidas y de las que los países dueños no tienen voluntad de renunciar, por sus implicaciones y utilización para otros fines, incluyendo los relacionados con  la defensa.

Desde el punto de vista ético , la defensa de estas posiciones no es muy alta aunque la legislación de los países occidentales protege a los tenedores de estas tecnologías. La solución en  todo caso ha de ser negociada, porque en caso contrario, la protección de la que gozan los dueños de las patentes pondría en un brete de singulares proporciones a los países, especialmente Estados Unidos y la Unión Europea.

Probablemente la solución vendrá por la distribución de las vacunas, operación que también se ve repleta de dificultades a causa de las medidas, especialmente relacionadas con la temperatura de refrigeración de algunas de ellas.

El llamamiento realizado por Naciones Unidas y seguido por los organismos internacionales para su distribución tiene además un componente de necesidad, puesto que liquidar la pandemia en un mundo globalizado no es algo que pueda realizarse sólo en pocos países, puesto que las posibilidades de contagio continuarán si otros países no han logrado vacunar a su población.

Los  dilemas éticos cada vez importan más. Todos los seres humanos deben tener acceso en condiciones razonables a la vacunación. Negociar con la vida hasta el punto que estamos asistiendo  genera incomprensión y malestar entre los ciudadanos, que gracias a la transparencia tienen la oportunidad de conocer la situación y las dificultades de otros seres humanos menos afortunados. Las imágenes que nos llegan de la India y otros países, reclaman soluciones que los gobiernos tienen que poner en práctica. Incluso si algunas empresas farmacéuticas ven disminuir sus beneficios. Como señaló Philip Pettit y recuerda Adela Cortina (2021)En mala situación se halla un país sólo gobernado por leyes, porque ocurren mil cosas no contempladas por las leyes.

Artículo disponible en El Nacional.