El Fracaso Compartido


Trata este artículo de opinión sobre un proceso penal en desarrollo, que involucra la explotación sexual de menores de edad.

La responsabilidad y el modelo de gestión de la Administración y sus jerarquías, con su accionar es sin duda crucial para su evitación, como lo es una permanente puesta a punto de la legislación.

Existen en todas las actividades humanas factores de riesgo y factores de protección.

Menores de edad no deben poder participar protagonizando actividades como concursos de belleza, carnaval y toda otra que les exponga al riesgo del abuso.

Si participan, debe ser en eventos autorizados y deben cumplir con haber obtenido autorización previa y circunstanciado y un férreo control de los órganos de protección a la minoridad. Incluso en los espectáculos en medios de comunicación se debiera exigir la responsabilidad legal y patrimonial de los obligados a cuidar de los menores y de los organizadores de eventos cuando corresponda.

Solo con estrictas medidas de protección y formación se reducen los riesgos.

De más esta decir, que todo acto que afecte a la minoridad es inexcusable. Ya ha vivido el mundo esta execrable situación con pedofilia por religiosos, por docentes, por mencionar solo algunos.

Ante la extensión de la amenaza, la protección de las medidas adecuadas.

Con reglas claras y controles controlados de extremo a extremo, todo es más seguro en la formación educativa debe incluirse el aprendizaje de la auto estima, la superación de fracaso, de la diferencia y de la superación de la frustración. Pero también la forma de protegerse de los riesgos de la vida. La droga no está lejos. El exitismo de mayores que sueñan sus niños como símbolos sensuales millonarios, también es parte.

Pero están los delincuentes. Los abusadores. Con ellos la acción inexorable de la ley.

El desafío es la extinción de las grietas y la exclusión de sus cultores.

Recordemos en nuestro Uruguay solo nacen poco mas de 40 mil bebes por año. Podemos y debemos asegurarles protección en el sentido más amplio de su desarrollo pleno en todos los terrenos.

Quiero dejar constancia de una preocupación más.

La utilización de medios de comunicación masivos y de redes sociales con detalle de individualización de posibles delincuentes, a veces en forma anónima, encierra el virus de la vanalización de los temas. Bastara que maliciosamente se haga incurrir en error al operador del medio empleado para que se ponga en duda toda la barbarie.

Hay procedimientos debidos. Esos que protegen también a las victimas.  La falsa incriminación para devaluar un tema crítico es un conocido instrumento del delito organizado. Quisiera ser claro. Me parece muy bien se convoque a víctimas de abuso. Pero para que profesionales del Estado o de ONGs encausen los casos con garantías por las vías más seguras.

Juntos, codo a codo, somos mucho mas que dos…

 

Dr. Alberto Scavarelli