¿Es posible innovar en la administración?: Artículo escrito por D. Francisco Velázquez


La visión de oficinas y despachos de organismos públicos llenos de papeles polvorientos y funcionarios embutidos en ternos pasados de moda, despreocupados de las filas y colas de los sufrientes ciudadanos, está cambiando.

Durante 2 días, representantes y expertos de 15 países de Iberoamérica se han reunido en Bogotá en el Foro Internacional de Gestión y Desempeño de la Innovación en la Administración Pública en un laudable ejercicio de debatir sobre las posibilidades de innovación y de relato de experiencias exitosas en cada uno de ellos, coordinados por el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo y el Departamento de Función Pública del gobierno colombiano.

Todos los oradores mostraron un conocimiento considerable de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones, de las últimas tendencias de los países más innovadores y de los éxitos alcanzados en modelos de gestión de otras latitudes.

Es una buena noticia. En el marco de las tendencias del gobierno abierto y de la preocupación por combatir los episodios de corrupción, que asuelan a la mayor parte de los Estados, los impulsos innovadores deben ser objeto de apoyo y auspicio, incluso financiero.

Varias ideas y criterios fueron compartidos por los oradores, escuchados por más de trescientas personas en la Alcaldía de Bogotá, que merecen comentarios, ya que constituyen la base de un desarrollo que, en pocos años, puede ser el nacimiento de una administración pública de nuevo tipo, más cercana a los ciudadanos y más sensible a sus necesidades.

Los adelantos evidentes en muchos países de una administración sin papel, la preocupación por la capacitación adecuada de los funcionarios en materia digital, la contratación electrónica obligatoria implantada en varios países, las experiencias de realización de trámites obligatorios en materia fiscal, sanitaria o de seguridad social por parte de los propios servicios y en los que el ciudadano solo tiene que corregir o ratificar, la eliminación de impresos o solicitudes innecesarios, la creación de laboratorios de innovación, la co-creación con empresas privadas y organizaciones no gubernamentales…

Toda esta oleada innovadora tiene mucho que ver con lo que se plantea a nivel global (OCDE) de implantar el principio de solo una vez, que hace referencia a la eliminación de la petición de las administraciones de forma reiterada de los mismos datos que ya han sido suministrados. Con buen criterio, las administraciones están asumiendo que las dificultades de conexión de las bases de datos públicas no son responsabilidad de los ciudadanos sino de la propia administración.

Los gobiernos y las administraciones públicas no pueden dejar pasar el tren de la innovación. Si esto sucede, los servicios públicos se degradarán y los ciudadanos se alejarán de sus gobiernos, con los que en este siglo XXI no están precisamente en comunión en la mayoría de los países.

Artículo disponible en el diario El Nacional.